domingo, 25 de noviembre de 2007

Entre mates y lágrimas

Amanecí descansada, también agotada. Simulé felicidad un rato hasta que me encontré cebando mates a solas. Cuando digo a solas me refiero a estar entre mi gata y la ausencia de todas mis hierbas. Ante el ahogo confusional anoté los extraños sueños que tuve durante el transcurso de mis catorce horas de dormir, todos referentes a fragmentos de la historia vivida y no asumida. Decidir quedarse el sábado por la noche en casa no es fácil para una joven como yo, la sensacion de frustración y patetismo aparecen permanentemente. Sin embargo, aqui estoy con todo mi desorden encima, sintiendo la tristeza o en realidad todos mis miedos, canalizando mediante la escritura algo... En estos casos, las normas de la vida indican baño y paseo, asi y todo me faltan fuerzas para salir a integrarme al mundo, tengo sensación de aislamiento y no por estar encerrada en casa esta mañana de domingo sino por todas mis actitudes, por mi aparente fortaleza, por mi energía amazónica. Hoy toda esa personalidad es ausencia, evidentemente necesito un abrazo, abrazo ausente, nada más simple e importante como un abrazo en este momento.

1 comentario:

hebe dijo...

vos te estas abrazando, solo falta que te des cuenta.